Por Michael Weiss
Traducido por
Victoria de Lara
Fuente original http://www.thedailybeast.com/articles/2015/06/17/ran-7-000-miles-putin-still-got-them.html
Igor e Irina Bitkov pensaron que estarían a salvo en Guatemala.
La pareja rusa había pasado 6 felices años con sus nuevas vidas y nuevas identidades en
Centro América, convencidos de que sus problemas habían quedado atrás. Pero el 15 de
enero, Igor, Irina y su hija de 25 años, Anastasia, fueron arrestados en su casa, ubicada en
las afueras de la Ciudad de Guatemala. Ellos han pasado los últimos 5 meses en prisión
preventiva, inicialmente pasaron varios días en jaulas localizadas en el sótano de
estacionamientos de la Torre de Tribunales, durmiendo en el piso de concreto. Los 3 han
sido imputados con cargos de posesión ilegal de documentos de identidad y enfrentan una
posible extradición a Rusia. Allí, Igor e Irina son buscados por la justicia para enfrentar
cargos por supuestos crímenes financieros, incluyendo fraude, robo y quiebra deliberada
-cargos que ellos insisten, son invenciones políticamente motivadas.
Contrario a la imagen que los medios de comunicación rusos les han creado, de magnatesladrones
fugitivos, y que han logrado llevar a otro hemisferio, los Bitkov insisten que ellos
son desafortunadas presas del sistema capitalista de un Estado que ha crecido, por 13
años, bajo el gobierno Cleptocrático de Vladimir Putin. Como muchos que han llegado
antes y no dudarían en seguirlos, ellos alegan ser las víctimas de un Allanamiento
Corporativo. Este es un esquema, bastante común, en el que agentes del gobierno ruso,
crimen organizado e intereses financieros contrarios (estas categorías no son siempre
mutuamente exclusivas) conspiran para expropiar un negocio exitoso y después utilizar un
poder judicial comprado y pagado para encarrilar a los antiguos dueños.
Igor e Irina Bitkov hablaron exclusivamente para el Daily Beast vía Skype desde un hospital
en Guatemala, en el que están internados con vigilancia policial las 24 horas del día. Igor
está siendo tratado por varias dolencias que desarrolló durante el tiempo que estuvo en
cautiverio, incluyendo una condición renal. Irina está allí con Anastasia, quien sufrió de una
crisis nerviosa durante el inicio de su encarcelamiento, después de que se le negó el
medicamento que se le prescribió por desorden bipolar, una condición con la que fue
diagnosticada después de sufrir un terrible calvario que obligó a los Bitkov a dejar su tierra
natal hace casi una década.
En 1993, Igor and Irina fundaron Lesinvest, una compañía maderera en Novodvinsk, una
ciudad en la región rusa de Archangel. El país, en esa época, aún se tambaleaba por el
colapso de la Unión Soviética y la disfuncionalidad de las empresas estatales que no eran
capaces de satisfacer la creciente demanda de recursos naturales. Muchas antiguas
empresas, gigantes manufactureras gerenciadas por la Unión Soviética habían quebrado o
su producción bajó mucho debido a su maquinaria obsoleta o malas prácticas gerenciales
de “directores rojos”. Allí había una fortuna disponible para capitalistas hambrientos y
enfocados en el mercado occidental que compraron fábricas a punto de naufragar a
fracciones de su valor y las modernizaron. Los Bitkov eran de esa naturaleza.
“Para finales de 2006,” dice Igor, “los ingresos de nuestra compañía eran alrededor de
US$100 millones. Debido a que adoptamos un acercamiento complejo, no suplíamos solo
madera, sino que también equipo para otras industrias.”
Marido y mujer fueron tan exitosos que un año después se reubicaron en San Petesburgo y
renombraron Lesinvest como North-West Timber Company. Igor llegó a ser el director e
Irina Presidente de la Junta Directiva. Ellos adquirieron una de las más viejas fábricas de
pulpa y papel en Rusia, ubicada en Kammenogorsk, cerca de la frontera rusa con Finlandia.
Ellos la renovaron y su ambición fue alcanzada por su éxito. Para el 2003, la fábrica de
Kammenogorsk era la más grande manufacturera de libros de ejercicios escolares en Rusia.
Dos años después, en 1999, los Bitkov compraron una segunda gran planta, la Neman
Cellulose-Paper Factory, en Kaliningrado, el enclave ruso entre Polonia y Lituania.
Para financiar la renovación de las dos plantas, North-West Timber sacó un préstamo
considerable de Sberbank, la institución financiera estatal rusa más grande, por un monto
de €450 millones, o bien un poco más de medio millón de dólares. Igor dijo que dicho
crédito nunca les fue entregado en su totalidad -así son los caprichos de los bancos rusosasí
que North-West Timber tuvo que buscar financiamiento adicional para cubrir el déficit.
El más grande vino de Gazprombank y VTB, también controlados por el gobierno.
“Habíamos estado trabajando con los tres bancos desde 2000. Nunca caímos en mora,
ningún problema. Nada,” dijo Igor.
Tampoco, ni él ni Irina sufrieron de ninguna presión política o acoso por parte de oficiales
ambiciosos durante los primeros 10 años de expansión de North-West Timber. “De hecho,
teníamos el apoyo de las autoridades a nivel regional y de la ciudad, tanto en San
Petersburgo como en Kaliningrado.” Eso cambió en 2003.
Los Bitkov dicen que a inicios de ese año oficiales de gobierno empezaron a presionarlos
para que participaran en un fraude electoral en beneficio del gobernante Partido de Rusia
Unida. “Esperaban que nosotros hiciéramos pagos obligatorios a esos candidatos. Era una
especie de “petición” a la usanza rusa,” dijo Igor. A los obreros de la fábrica en la planta de
Kaliningrado les dijeron que debían votar por determinados candidatos y se les ofreció
transporte gratuito hacia y desde las urnas en el día de las elecciones.
En 2005, dice Irina, un oficial la invitó a unirse a ambos, el partido de Rusia Unida y de la
Unión Rusa de Empresarios e Industriales, que en ese tiempo era encabezado por Yevgeny
Primakov, un oficial de la era de la Unión Soviética quien bajo el gobierno de Boris Yelstin,
en los 1990s sirvió como director de la Inteligencia Internacional, Ministro de Exteriores y
Primer Ministro. El mismo Primakov se reunió con los Bitkov e “invitó” a Irina a ser la jefe de
la organización local en Kaliningrado del Partido de Rusia Unida en 2007. Ella declinó,
principalmente porque para ese momento ella e Igor se oponían a las políticas de Putin y
habían comenzado a respaldar, discretamente, a elementos de la entonces incipiente
oposición rusa.
Anastasia, entonces de 16 años, fue secuestrada. “Ella salió en una cita y no regresó por
tres días.” Recuerda Igor. “Estábamos muy preocupados y cansados tratando de
determinar su paradero, pero fracasamos. Llamé a la policía y también a mis amigos en el
departamento local de policía (en San Petersburgo) porque necesitábamos actuar muy
rápido. Mis amigos descubrieron dónde la tenían e incluso contactaron a sus
secuestradores. Yo recibí un mensaje de que debía pagar US$200,000.” Igor le dió el
dinero a su contacto en el departamento de policía de San Petersburgo. “Ellos liberaron a
mi hija, pero descubrimos que había sido violada y que estaba en un estado psicológico
traumatizado.”
Anastasia desarrolló anorexia y se volvió distante; una vez devota, ella abandonó su fe
y se rehusaba a ir a la iglesia. Eventualmente ella fue diagnosticada con desorden bipolar,
el cual su familia atribuye al trauma que vivió. Los médicos que la han examinado también
les dijeron que ella había sido drogada durante los tres días que estuvo desaparecida,
además de su amnesia a corto plazo sobre lo que había vivido. Y la policía de San
Petersburgo les dió más detalles relevantes a Igor e Irina.
Los oficiales dijeron que su hija había sido secuestrada por una conocida banda criminal en
la Ciudad, una que se especializa en espionaje industrial y la colección de kompromat, o de
descrédito de objetivos de alto perfil con información para chantajearlos. La banda es
conocida por drogar a sus víctimas, así como lo hicieron con Anastasia. También tiene
nexos conspicuos con el FSB -Servicio Federal de Seguridad- y no hubieran secuestrado a
la hija de un rico magnate de la industria del papel sin que la agencia lo dijera. Los
contactos de Igor en la policía le preguntaron si él tenía algún encuentro con los servicios
rusos en el pasado. Él no los había tenido. “Después de eso,” él dice “Me convencí de
evacuar a mi familia de Rusia”
Los Bitkov primero llevaron a Anastasia al Tibet, por tres semanas, porque ella siempre
había querido ir allí. Después la ingresaron a una clínica médica en Israel, donde ella
pudiera recuperarse psicológica y físicamente de su trauma. Ella estuvo allí hasta
Septiembre de 2007, posteriormente viajó a Gran Bretaña y se enroló en una escuela.
Nunca más regresó a Rusia.
Mientras tanto Igor e Irina si regresaron para supervisar sus dos grandes proyectos de
desarrollo. El clima en Rusia había, ahora, cambiado para ellos. “La gente en los bancos
empezó a guardar su distancia de nosotros,” expresa Igor. “Se volvió imposible obtener
nuevos créditos.” Hubo varias irrupciones en las oficinas de North-West Timber por la
noche, donde se robaron documentos corporativos e información digital. Cada noche el
guardia nocturno aseguraba no haber visto nada. Los Bitkov también indican que ellos
fueron espiados. “Nuestra casa estaba cableada con micrófonos.” Indicó Igor. “Incluso
encontramos cables en los sockets del baño.”
En marzo de 2008, recibieron una ominosa advertencia, esta vez de un confidente en el
Ministerio del Interior ruso. Ellos exponen que les dijo que podrían ser arrestados por una
serie de delitos financieros falsos, sin duda alguna, usando lo que sea que habían
confiscado de las oficinas de su compañía. Un mes después la advertencia pareció aún
más real cuando los tres más grandes bancos propiedad del estado y que habían entregado
a North-West Timber los créditos por €450 millones sorpresivamente requirieron el pago del
capital e intereses. Igor indica que North-West Timber había pagado alrededor del 70 por
ciento de lo adeudado, pero la diferencia era de aproximadamente US$100 millones. Los
créditos habían sido firmados con plazos de 15 años -aún faltaban muchos años para su
vencimiento- de repente tenían que satisfacerlos en 48 horas, o de lo contrario North-West
Timber y sus subsidiarias enfrentarían bancarrota y la confiscación de sus bienes.
Los Bitkov no tenían forma de pagar esa cantidad de dinero, y ahora realizando que sus
problemas con poderosos intereses personales eran mucho más grandes de lo que ellos
habían creído, dejaron sus negocios y sus subsidiarias. “Los bienes fueron vendidos a bajo
precio a un número de compañías, sin embargo no conocemos los detalles,” dice Igor. Él e
Irina se fueron a Austria, después a Turquía, y solo regresaron a San Petersburgo a finales
de Mayo de 2008. En el aeropuerto Pulkovo de la Ciudad de San Petersburgo los encontró
el mismo amigo del Ministerio del Interior, quien les dijo que no había duda de lo que les iba
a pasar ahora: Igor e Irina serían arrestados. Tenían que huir de Rusia para bien.
Aconsejándoles que para no levantar sospechas al partir por la misma vía en que habían
ingresado, el oficial les sugirió manejar a Bielorrusia. Los Bitkov entraron a Latvia y
abordaron un vuelo de regreso a Turquía, donde residieron por aproximadamente un año.
“Todo lo que nos había pertenecido en Rusia nos fue instantáneamente robado,” declara
Igor. “Nuestras casas, carros, compañías — todo. Ni siquiera tuvimos tiempo para tomar los
álbumes (de fotos) familiares.”
En el verano de 2008, los Bitkov exponen, recibieron un mensaje de dos personas que se
presentaron como representantes de Putin: Regresen a Rusia y paguen €10 millones y todo
será olvidado. Ellos no sintieron que esta fuera una oferta atractiva, dado lo que hasta
ahora había pasado con su negocio y su familia. En abril de 2009 ellos emigraron a
Guatemala. Para su sorpresa, se dieron cuenta que sus pasaportes rusos aún eran válidos.
Porqué Guatemala?
Una firma de abogados que Igor encontró, originalmente les había dicho a los Bitkov que les
podía adquirir la ciudadanía en Panamá, pero ellos escogieron el país más al norte porque
la firma tenía sus oficinas allí y en Guatemala no requería visas para ingresar. Por
sugerencia de su abogado en la firma, quien había sido informado de las dificultades que
tenían en Rusia, los Bitkov cambiaron sus nombres; dos veces, en el caso de Igor. Primero
fue Gregorio Igor Benítez García y después, decidiendo que no quería abandonar su
identidad rusa por completo, Leonid Zaharenco. Irina era ahora María Irina Rodríguez
Germanis.
Ellos estaban contentos. Aprendieron español y compraron una casa. Igor enseñaba
matemáticas e Irina enseñaba dibujo y manualidades en una casa de niños de la localidad.
En poco tiempo le dieron la bienvenida a su segundo hijo, un niño llamado Vladimir.
Para 2009, en Rusia, los primeros cargos en su contra empezaron a permear los medios.
Igor, según se reportó, fue acusado de fraude a gran escala y robo relacionado a la
supuesta quiebra con los préstamos de Sberbank, Gazprombank, y VTB. La subsidiaria de
North-West Timber a cargo de la fábrica de Kaliningrado, según los cargos,
deliberadamente declaró la bancarrota para enriquecerse a través de lo que Kommersant, el
principal diario comercial de Rusia, llamó “dudosas maquinaciones.” Pero Kommersant lo
reportó sin explicar porqué, “Una subsecuente aplicación para poner a los Bitkov en la base
de datos de la Interpol falló.”
Igor se mantiene firme en que las “dudosas maquinaciones” son, de hecho, dudosas
fabricaciones y parte de una campaña calumniosa de los medios rusos en su contra y de
Irina.
“Si hay evidencias de que hemos robado algo, yo estaría muy interesado en verlas,” dijo él.
“Nunca nos hemos involucrado en alguna actividad fraudulenta. En cuanto a la quiebra
deliberada, esto fue provocado por la inviable demanda de Sberbank, Gazprombank and
VTB de que se les pagara el capital y los intereses en 48 horas en abril de 2008. Ellos son
los que deberían responder a los cargos de quiebra deliberada, no nosotros.”
Hay, de hecho, evidencia de que Igor ha sido víctima, al menos una vez, de fraude
corporativo. Él envió a The Daily Beast una sentencia dictada por la Corte del Distrito de
Gagarinsky en Moscú, la cual, en base a un análisis grafológico forense, determinó que su
firma había sido falsificada en un contrato de garantía (sin embargo la sentencia no dice por
quién). El contrato de garantía aumentaba la responsabilidad de Igor como deudor de
Sberbank.
Anastasia se reunió con sus padres en Guatemala en 2010, sin embargo ella no adoptó
una nueva identidad como ellos lo hicieron. Ella, sin embargo, se tiño el cabello y pasó por
cirugía plástica para alterar su apariencia. “Ella estaba irreconocible de la joven, de 16
años, que era en San Petersburgo,” dice Irina. Anastasia estaba modelando exitosamente
con el sobrenombre de Anastasia Aven y pronto se interesó en una carrera en televisión.
Trabajando con INGUAT, la oficina de turismo de Guatemala, la familia inició la producción
de un reality show sobre un viaje doméstico, Anastasia’s World, el cual contaría la historia
de la expatriada recorriendo los puntos turísticos del país en una especie alto concepto de
Kardashians-meets-Bourdain, lo mejor para atraer a los visitantes extranjeros.
“No esta en nuestro carácter vivir en las sombras” dijo Irina cuando se le preguntó porqué
ella e Igor consintieron la carrera de Anastasia en el mundo del espectáculo, dada la
vulnerabilidad de la familia como exiliados, sin mencionar lo que ya había vivido Anastasia.
“Teníamos confianza en la legitimidad de nuestros nuevos pasaportes e identidades,”
declaró Irina. “Viajamos alrededor del mundo con ellos y no teníamos contacto con ningún
ruso. Además, el gobierno guatemalteco estaba promocionando el show, no es ese un gran
voto de confianza en nuevos emigrantes?
Evidentemente no lo suficiente
Los abogados del banco VTB indican que ellos fueron los que localizaron a los Bitkov en
Guatemala e incitaron a las autoridades locales a arrestarlos. “En febrero 2014,”
kommersant reportó, refiriéndose a los abogados del banco, como a «detectives reales»,
«[VTB] trabajó para iniciar una causa penal contra los Bitkovs en Guatemala. Ya, en el plazo
de un mes, una investigación comenzó por el uso de documentos falsos por los ciudadanos
rusos, sus activos y cuentas bancarias en este país centroamericano «.
Hay, sin embargo, ambigüedades y contradicciones sobre el rol exacto que el banco jugó en
ambos, provocar o acelerar la captura de los Bitkov. Según Diego Álvarez, vocero para la
Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala -CICIG- de la ONU- entidad
internacional que lucha contra la corrupción a nivel nacional operando dentro del sistema
jurídico guatemalteco- el caso que enredó a los Bitkov inició en 2010 luego de que se
levantaran sospechas sobre ciertos oficiales del estado que trabajaban en la Dirección
General de Migración y el Registro Nacional de las Personas (RENAP). Ellos son acusados
de emitir pasaportes e identidades falsas a inmigrantes a cambio de dinero en efectivo. En
correos enviados y a través de llamadas telefónicas con The Daily Beast, Álvarez explicó:
“El caso de CICIG en contra de los Bitkov no tiene ninguna relación con ningún hecho que
pudo haber pasado en un país fuera de Guatemala. Hay diferentes partes interesadas.
Una es CICIG, la más fuerte es el Ministerio Público (de Guatemala), otra es RENAP y la
otra, que fue admitida por el Juez -no por CICIG- fue VTB. Nosotros no estamos
relacionados de ninguna manera con el banco (ruso), no tenemos ninguna comunicación
con ellos.
Sin embargo el ya relacionado artículo de Kommersant contradice esta declaración de no
cooperación entre CICIG y VTB, notando, “El año pasado los abogados de VTB atrajeron a
la investigación a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, operando
bajo la tutela de la ONU (CICIG). Esta institución, a través de su sucursal en Guatemala,
requirió información sobre Igor e Irina luego de revisar preliminarmente todos los
documentos en la Embajada de Moscú en Guatemala”
Además, posterior al intercambio sobre el artículo de la revista mencionada con Álvarez,
The Daily Beast adquirió páginas de la denuncia de CICIG contra los Bitkov, y en ellas se
refiere claramente al “abogado Augusto Penados Grajeda, representante del banco ruso
VTB, quien presentó una denuncia en contra de Igor V Bitkov … e Irina V Bitkova… por
crímenes de falsa ideología (sic), uso de documentos falsificados y perjurio contenidos en el
Código Penal y por el delito de lavado de dinero conforme a lo dispuesto por la Ley de
Lavado de Dinero y otros Activos…”
Álvarez indicó en una respuesta por correo que CICIG estaba allí solamente citando el
reporte de policía encontrado en la base de datos del Ministerio Público y de ninguna
manera confiando en VTB para construir su propio caso, el cual empezó cinco años antes.
“Lo que pasó es que en interés de la economía procesal, las denuncias fueron acumuladas
ya que los delitos son los mismos,” escribió.
Repetidos intentos para contactar con VTB para que comentara fueron infructuosos.
En la madrugada del 15 de enero de 2015, la casa de los Bitkov en el condominio “Casa y
Campo” en la Carretera al Salvador, en las afueras de la Ciudad de Guatemala fue allanada
por alrededor de 60 policías y oficiales de la ley. Las autoridades confiscaron los
pasaportes de la familia, así como US$100,000 en efectivo. La familia entera -Igor, Irina,
Anastasia y Vladimir- fueron detenidos en su hogar por 24 horas mientras se llevaba a cabo
el allanamiento y empezaba el interrogatorio. Anastasia tuvo un ataque de pánico, sin
embargo no podía llamar a su psiquiatra ni a su novio que vive cruzando la calle.
Eventualmente tuvo que ser sedada.
Un día después, a las 5 de la mañana, Igor, Irina y Anastasia fueron llevados a prisión
preventiva en un centro temporario ubicado en el sótano de estacionamientos del Palacio
de Justicia de la Ciudad de Guatemala. Según Irina, “las jaulas estaban llenas de humo de
los vehículos que estaban constantemente entrando y saliendo el parqueo. Había un
inodoro con fuga y no había lavamanos. No había muebles, así que nos sentamos y
dormíamos en el piso. La comida y bebida era llevada a otros presos pero no a la familia.
Nos dijeron que solo los familiares nos podían llevar comida o bebida, a pesar de que las
autoridades sabían muy bien que nuestros parientes más cercanos estaban aún en Rusia.”
En total, unas 40 personas fueron detenidas en una redada que implica lo que el Estado
alega era un esquema de corrupción de larga duración. Vale señalar, sin embargo que los
cargos del estado contra los Bitkov consisten en que ellos conspiraron directamente con
funcionarios del RENAP para obtener los documentos, sin embargo, son ellos los únicos
extranjeros que recibieron tales documentos que están siendo procesados; no hay otros
clientes o beneficiarios de los falsos pasaportes emitidos por esta red que hayan sido
arrestados.
Ellos niegan vehementemente que hayan tenido algo que ver con una naturalización falsa
en Guatemala y estan igualmente convencidos que Moscú, vía su inteligencia y armas
financieras, esta detrás de su situación. “Nosotros obtuvimos nuestros pasaportes en buena
fe, de parte de las oficinas del Estado,” dijo Igor. “Fuimos a la oficina de Migración, hicimos
la fila, nos tomaron nuestras huellas digitales -todo según la costumbre. No teníamos una
razón para asumir que algo ilegal estaba pasando. Si había una operación mafiosa
involucrada con las autoridades de Guatemala, no teníamos conocimiento de ello.”
La acusación contra Anastasia se basa en lo que sus papás consideran fue un error
ortográfico: una de las s en su nombre fue impresa con la cirílica “c”. Ella esta siendo
acusada de que a propósito falseó su nombre para esconder su verdadera identidad. En el
caso de Vladimir, de 3 años, en el mismo día que se llevó a cabo el allanamiento, él y su
niñera, Verónica González, fueron llevados a la corte civil donde un juez la nombró a ella y a
Rolando Alvarado, un amigo de la familia, en forma conjunta, los guardianes legales del
chico. Vladimir pasó un mes bajo el cuidado de González y Alvarado y le fue relativamente
bien considerando la separación de sus papás. Posteriormente, en febrero, otro juez
revocó la decisión y lo consignó a un orfanato del estado. Él pasó 42 días allí antes de que
luego de apelar la resolución lograron tenerlo de vuelta bajo la custodia de González y
Alvarado.
A Vladimir le fue muy mal bajo la tutela del Estado, dice Irina. Desarrolló conjuntivitis, se le
rompió un diente y ahora tiene una misteriosa cicatriz sobre su ojo. Estaba profundamente
traumatizado.
“Nuestro temor más grande es por Volodya,” dijo ella, usando el apodo del chico. “Las
estructuras del Estado estan peleando para regresarlo al orfanato. Guatemala esta
trabajando en contra de sus intereses a pesar de que él es un ciudadano nacido en
Guatemala.” Un temor corolario es que Vladimir pueda enfrentar una “repatriación” a Rusia
porque Pavel Astakhov, el Representante de Putin para los asuntos de niñez y un hombre
que se hizo infame por su prohibición general de adopción de niños huérfanos rusos por
parte de estadounidenses, tweeteo sobre Vladimir: “Los padres del niño ruso de 3 años,
arrestados por sospecha de cometer crímenes en Guatemala. El Niño con la empleada por
el momento.” Astakhov también ha declarado que el Ministerio ruso de Exteriores y la
Embajada rusa estan en pláticas con el gobierno de Guatemala en relación al destino del
niño. El embajador ruso, Nikolai Babich, ha dicho que, si es necesario, la embajada se
involucrará en la custodia de Vladimir.
La fianza ha sido negada a los Bitkov debido al estatus de peligro de fuga -sin importar que
ellos no pueden dejar Guatemala, pues no tienen pasaportes (sus pasaportes rusos
expiraron hace varios años) Ellos podrían ser expulsados a Rusia, donde, sin duda,
desaparecerían en el hoyo negro del autoritarismo del sistema legal, donde los acusados no
tienen oportunidad de ser absuletos.
Rusia no tiene tratado de extradición con Guatemala, pero podrían no necesitarlo.
“Bajo la ley de Guatemala, podrían ser expulsados a su país de origen, si son encontrados
culpables o no,” dijo Álvarez de CICIG. “En cualquier caso, es una decisión exclusiva de los
jueces.”
Los Bitkov saben que la prerrogativa de un gobierno que cuenta con crecientes lazos y
vínculos lucrativos con Moscú no se puede descartar en lo que les suceda a ellos si son
declarados culpables.
El Ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov visitó Guatemala en marzo y, en una
conferencia de prensa conjunta con el Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala
habló de “las brillantes perspectivas en el comercio y la inversión que están creciendo
sustancialmente.” Él estaba siendo modesto. Rusia es el tercer mayor inversionista en la
economía guatemalteca, después de Colombia y Canadá. Mucho de esto se debe a una
enorme mina de níquel y su planta de procesamiento que se estan construyendo en Izabal,
este de Guatemala, por la Compañía Guatemalteca de Níquel (CGN), un corporativo 92.8
por ciento propiedad de Solway Group, una firma de metales rusa. (El accionista minoritario
es el Gobierno de Guatemala)
Lavrov dijo a ITAR-TASS en 2013 que la cantidad de dinero que Rusia está invirtiendo en
CGN fue de US$450 millones. «Esta fue una de las más grandes inversiones en la
economía de este país, y estamos seguros de que está lejos de ser la última», dijo Lavrov. A
partir de este mes, Solway ha invertido US$550 millones, equivalente al 1 por ciento del PIB
de Guatemala.
¿Estan los Bitkov diciendo la verdad sobre la persecución a manos de gigantes financieros
estatales, o son estafadores en la fuga? ¿Son participantes involuntarios pero
desafortunados en una mafia de migración ilegal a cargo de funcionarios guatemaltecos
corruptos, o fueron cómplices en ella? En este momento, no hay ninguna prueba definitiva
de una respuesta u otra. Pero lo que es indiscutible es que los bancos rusos aparentemente
involucrados en la caza de los Bitkov -Sberbank, Gazprombank y VTB-tienen profundos
lazos con el Kremlin. Esos lazos son tan fuertes que los tres han sido sancionados el año
pasado, tanto por los Estados Unidos como por la Unión Europea por su rol como órganos
estatales de la política exterior rusa y, por extensión, por su complicidad en la invasión y
ocupación de Ucrania. Y la historia de los Bitkov sin duda sigue un muy bien escudriñado
paradigma de cómo incluso hombres de negocios apolíticos que se niegan a cumplir con las
instrucciones de altos mandos pagan su atrevimiento. Cualesquiera que sean los hechos de
su caso, si Igor, Irina y Anastasia son extraditados a Rusia, no hay ninguna posibilidad de
que se enfrentarán justicia imparcial. Hay muchas posibilidades de que nunca verán de
nuevo a Vladimir.