Esta carta está dirigida a todos los seres humanos que se preocupan por la verdad y la justicia.
Somos una familia de inmigrantes rusos que huyeron de la persecución política por el régimen de Vladimir Putin en abril de 2008 que culminó en el robo de nuestros exitosos negocios por parte de los bancos estatales rusos. Nos negamos a pagar sobornos a los funcionarios.
De buena fe, contratamos a la firma de abogados Cutino International Associates para que nos tramitara la nacionalidad guatemalteca y los documentos de viaje. Estos fueron emitidos oficialmente en 2009, y vivimos con estos documentos durante seis años sin ningún problema. Pero luego resultó que la firma de abogados nos había engañado. El servicio que brindó fue fraudulento y los documentos no fueron válidos porque se habían emitido incorrectamente.
El 15 de enero de 2015, toda nuestra familia -madre, padre e hija- fue arrestada en Guatemala por la agencia anticorrupción de la ONU CICIG, que estaba cooperando con el Kremlin en su persecución contra nosotros. Nos acusaron de varios delitos relacionados con la emisión de nuestros documentos de identificación.
Nuestro hijo, Vladimir, que entonces tenía tres años, se separó de nosotros y lo enviaron a un orfanato durante 42 días donde sufrió abusos físicos y se le prohibió tener contacto con alguien que conocía. Luego se le permitió vivir con sus tutores legales.
Estuvimos detenidos preventivamente durante tres años y medio antes de ser sentenciados a penas de prisión inimaginables por presuntas violaciones de pasaportes: 19 años para Igor y 14 años para Irina y Anastasia.
Finalmente, la razón pareció prevalecer. El Tribunal Constitucional anuló nuestras condenas, teniendo en cuenta el derecho guatemalteco e internacional que considera que los migrantes no tienen responsabilidad penal por el uso y la creación de documentos de identidad o de viaje.
Desde 2016, hemos presentado tres demandas contra Cutino International Associates, pero el ex Fiscal General, Thelma Aldana e Ivan Velasquez, Comisionado de la CICIG, se han negado a investigar.
Como resultado de una campaña mediática internacional realizada por nuestros amigos y seguidores, recientemente fuimos liberados bajo arresto domiciliario y ahora estamos reunidos con nuestro hijo.
Sin embargo, la semana pasada, el Tribunal Constitucional emitió una resolución que contradecía su resolución anterior y nos envió a un nuevo juicio.
No tenemos dudas de que esta anarquía ha ocurrido debido a la influencia del estado criminal ruso y su aliado CICIG. El sistema ruso nunca deja de intentar aplastar a aquellos que cree que son sus enemigos.
Nuestra familia ha sufrido emocional y físicamente en los últimos tres años y medio. Nuestras numerosas quejas a organizaciones de derechos humanos siguen sin respuesta.
Hacemos un llamado al apoyo internacional para ayudarnos a poner fin a la corrupción flagrante del proceso judicial en Guatemala por parte del estado ruso.
La familia Bitkov